Dian Acatl

El Proceso del Descafeínado

La descafeinización es un procedimiento mediante el cual, el café se somete a una transformación química, para extraer la cafeína del grano.

La cafeína, amada por muchos, es un componente que tiene muchas propiedades, entre ellas: nos da la sensación de tener más energia, pues te ayuda a quitar el efecto de estar somnoliento, es un digestivo, tiene antioxidantes y te mantiene acelerado.

Sustancialmente, la cafeína es un alcaloide, pero, ¿qué es un alcaloide? es un compuesto químico que posee nitrógeno heterocílico sólido blanco, cristalino y de sabor amargo.

Pero, fuera de estos beneficios, a ciertas personas les puede quitar el sueño durante toda la noche, les puede dar taquicardia e incluso hay gente que es alérgica a la cafeína, les altera el sistema nervioso, o no les agrada la sensación de sentirse acelerados. Así que, para poder disfrutar de una taza de café, recurren a tomar café descafeinado.

¿Cómo podemos descafeinar el café?

Son varios los procesos, pero principalmente son dos los más usados. En ambos, el grano siempre debe estar en verde y se realiza en instalaciones industriales.

En el primero, el grano se sumerge en agua para que se hinche, a la cual se le añaden químicos, los cuales pueden ser cloruro de metileno o acetato de etilo. Después, se debe quitar al vapor todos los residuos de estos disolventes químicos, para posteriormente secar el grano ya descafeinado hasta que recupere humedad.

En el segundo, la cafeína se elimina aplicando vapor de agua directamente a los granos durante media hora, luego se lavan con disolvente de cloruro de metileno o acetato de etilo, disolviendo la cafeína de los granos.

Quien inventó la técnica de descafeinado fue Ludwing Roselius, en 1905. En la historia del proceso de descafeinado, durante sus primeras investigaciones, no era un proceso seguro y era muy tóxico, ya que se utilizaba benceno e hidrocarburo, que es sumamente dañino por cierto. Con el paso del tiempo, se fue perfeccionando la técnica y hoy en día ya no se utiliza el compuesto antigüo por lo inseguro que era para el consumo.


El problema de estos procesos es que el café es sometido a alteraciones muy drásticas, también se desperdicia café debido a que el primer lote que se pone en el contenedor absorbe mucho las sustancias químicas y debe ser descartado, los lotes posteriores conservan un poco más propiedades. Además, el proceso tiende a dañar muchos compuestos de sabor, y genera dificultades en el proceso de tostado, la razón de esto es que los granos de café descafeinados y sin tostar comienzan con un color casi marrón en lugar de verde, esto hace que sea difícil para los tostadores controlarlos, ya que responden de forma inconsistente y exagerada al calor aplicado durante el tostado. Además, tienen menos contenido de humedad, lo que hace que se tuesten más rápido; se trata de un grano que tiende a tostarse mucho más oscuro y más rápido que los granos sin descafeinar.

Sin duda la cafeína es parte importante durante el día de muchas personas, y es consumida en gran parte del mundo en cualquiera de sus presentaciones. A fin de cuentas, todo en exceso es dañino, así que si eres sensible a la cafeína, en lugar de consumir productos que pasen por procesos químicos, recomiendo mejor la moderación y el intentar consumir bebidas bien preparadas con productos de origen orgánico.

El consumo moderado de cafeína puede ser saludable, estudios en la universidad de Harvard(1) afirman que beber tres tazas de café al día alargan tu vida, pues contienen más antioxidantes que algunas frutas y verduras, reducen el riesgo de sufrir un ataque cardiaco, diabetes, cáncer de piel, mal de Parkinson y problemas de hígado. Por otra parte, tan sólo el aroma del café tiene la capacidad de provocar una sonrisa.

En mi opinión, la cafeína es algo de beneficio, tiene muchas propiedades tanto para nuestra salud como para nuestro estado de animo; si particularmente te hace algún mal, prueba en pequeñas cantidades o en una preparación distinta tu café. pues el proceso del descafeinado implica el uso de químicos que pueden ser aún más dañinos, haciendo que nuestro café ya no sea natural.