El Café durante la Pandemia
Desde que apareció el COVID-19 y el mundo entró en estado de pandemia, se han abordado innumerables temas a partir de distintos enfoques, ya sean médicos, económicos, políticos o sociales. Durante estos tiempos tan difíciles, ¿qué está pasando con el café en México?
En primera instancia, la producción cafetalera se ha visto terriblemente afectada, estando en niveles por debajo de los de hace casi una década. La marginación de las comunidades, el insignificante apoyo a pequeños productores (cinco mil pesos anuales)1, la ausencia del turismo, la inexistencia de precios de garantía, la inercia del gobierno en el campo y, sumado a todo esto, la necesidad de competir con empresas como Nestlé que en comparación han recibido inversiones millonarias (154 millones de dólares en 2018)2. Tan crítico ha sido el impacto que el coronavirus ha tenido que se considera la nueva Roya por la gente que vive del campo, y bien se sabe que cuando un cultivo es afectado por ese hongo, significa su muerte.
En las ciudades la situación no es tan diferente, actualmente hay una menor cantidad de oficinas en operación, no hay estudiantes en las escuelas y distintas personas cuentan con el privilegio de no tener que salir; si bien es para no seguir propagando el virus, no todos cuentan con la ventaja de poder quedarse en casa aunque quisieran hacerlo. A causa de estos cambios, trece mil quinientos negocios restauranteros tuvieron que cerrar a principios del 20203, ya sea temporal o de manera permanente. Si transitas por las principales avenidas, podrás observar que muchos establecimientos desaparecieron de manera impresionante. En más de una ocasión, los restauranteros han protestado en las calles bajo el llamado “abrir o morir”, incluso operaron sus locales desacatando las medidas establecidas llevando a algunos a su clausura. Hay mucha controversia al respecto, si bien actualmente es permitido operar en terrazas, el daño está hecho, pues rentas, sueldos, escasez de suministros, falta de inversión, ausencia de clientela y más desmesuradamente, la salud y mortalidad de quienes se dedican a esto dió un duro golpe al sector.
Inclusive las grandes cadenas y grupos comerciales han tenido bajas tremendas. Starbucks perdió aproximadamente tres mil millones de dólares en ingresos y tuvo una disminución del 40% en sus ventas4; por lo que decidió transformar su experiencia incorporando distanciamiento y facilitando los servicios a domicilio o de recolección en tienda, es por esto que, planea en un futuro, abrir sucursales que se dediquen únicamente a dicho sector. Aún así, se estima que unas cuatrocientas de sus cafeterías cerrarán. Punta del Cielo reportó ventas de tan solo el 7% en comparación de otros ejercicios, pero con un incremento del 40% en venta de granos molidos5; lo que no sorprende ya que los consumidores se han ido adaptando. Nescafé (de Nestlé), que apenas estaba incorporando su competencia en ese giro, apuesta por abrir locales cerca o dentro de los medios de transporte, por ejemplo en las centrales de autobuses. Aunque donde actualmente Nestlé tiene una gran ventaja, es en los productos listos para beber (RTD, Ready to Drink por sus siglas en inglés) que tienen ahora un momentum y se estima un crecimiento contínuo en la demanda de bebidas envasadas, tales como los lattes fríos, el cold brew y demás líquidos con cafeína6.
Tras esta tragedia, ¿cómo evitamos que más lugares desaparezcan? el consejo más importante es, al igual que con el campo, preferir consumir a los independientes. Pues hay miles de negocios locales; en donde cada pedido ayudará a reactivar la economía y a que los establecimientos se mantengan abiertos. Debido a que el semáforo epidemiológico no ha bajado de naranja, y gran parte de la población se mantiene en casa, muchos de estos lugares, que no contaban con entregas a domicilio, aprovecharon para incorporarse a los medios digitales, tercerizando el servicio por medio de plataformas como Didi Food, Rappi o UberEats; aunque se ven en la necesidad de formar un pacto a expensas de tener que incrementar sus precios o repartir ganancias con dichas empresas.
Cabe resaltar que no todo son malas noticias para la economía, pues el consumo de café en grano se ha incrementado, ya que muchos están dispuestos a tomarse el tiempo de aprender a desarrollar nuevas técnicas y recetas, con el fin de seguir experimentando con la cafeína y encontrar la manera que más les guste. Este bum de la preparación casera se ve reflejado en las cifras del consumismo, que gracias a plataformas de venta digital tales como Amazon y Mercadolibre (e incluso el propio Facebook), tuvieron un incremento del 11% este año los minoristas que se dedican al tueste y los que ofrecen equipo para preparación de bebidas7.
A su vez, el uso de las plataformas de moda, entre ellas Tiktok e Instagram, han sido un arma de doble filo en este aspecto, por un lado han facilitado la creatividad en red8 y en nuestro caso particular, el gusto por la preparación en casa, a través de videos en donde se puede observar cómo realizar alguna receta paso a paso. Reproducido una y otra vez, da al café un giro estético, de centrarse en el arte latte a lo hecho por uno mismo, de forma artesanal, convirtiéndose en un elemento clave como expresión socio-cultural en nuestra época; pero por otro lado, las personas relacionan el compartir fotos y videos de bebidas (como las de Starbucks o similares) con el glamuroso y plástico estilo de vida de los influencers, imitando su comportamiento para sentirse parte de un grupo o cercano a su status, desprestigiando el hecho al ser una mera copia; después de todo, no sería la primer foto de un vaso o taza en una red social.
Esto no significa que se defina un mejor o peor modelo de consumo, pues la sociedad aún se está adaptando, pero hay que ser conscientes de cómo nuestro comportamiento actual va a afectar el campo y la industria futura. Pues las variedades, orígenes, productores, maquinaria y métodos de preparación, podrían verse afectados por el rumbo actual, transformándose, volviéndose obsoletas o desapareciendo.
Pasando a otro tema, durante la pandemia ha surgido un dato curioso respecto al café: este se ha utilizado en casa a modo de prueba de la pérdida de olfato, pues su aroma es muy intenso y fácilmente reconocible. Es importante tomar en cuenta que esto se usa solamente como indicio, no cura ni previene la enfermedad, así como ningún otro alimento o bebida hasta hoy.
Ya que la pérdida de olfato puede ocasionar depresión o abatimiento9, es menester recuperarlo tan pronto sea posible, para ello se recomienda realizar un Entrenamiento Olfativo, terapia que ayuda a regenerar las neuronas especializadas en dicho sentido. No tiene un tiempo estimado de recuperación total, pues dependiendo del paciente puede tardar entre dos meses hasta dos años o más, pero un punto a favor es que no presenta ningún efecto secundario. En ella, el café es uno de los elementos más utilizados, donde además, es necesario olfatear distintas fragancias cada veinte segundos durante las sesiones, hasta la recuperación total. Esto es muy similar a los entrenamientos que hacen baristas y catadores, que más tarde pueden identificar los diferentes aromas y sabores que un mismo grano expresa.
A pesar de que la enfermedad nos quitó muchas experiencias que disfrutaba ampliamente ––en lo personal, una de las cosas que más extraño es caminar a la deriva en busca de nuevas cafeterías–– el café ha podido permanecer en mi vida, ya sea a modo de experiencia casera o como una emoción detrás de una pantalla. No obstante, es necesario generar una conciencia de la caída de este producto, afectando diariamente a la industria y a la gente que dependía de ello. Por lo que debemos reflexionar acerca del tipo de consumo que estamos teniendo; el mundo no llegara a funcionar de igual manera (previa al COVID-19) dentro de un par de años y, vacunar a toda la población para controlar la situación tardará bastante tiempo
Me parece una lástima que por el momento no me sea posible ir a sentarme directamente a una cafetería, pues mucha de la convivencia que tenía y mis momentos de relajación empezaban con el famoso “ir por el café”. Aunque el cambio más positivo que observo es que, al tener el privilegio de estar en casa, puedo conocer mejor investigando las bebidas que disfrutaba, desde su origen hasta aprender a prepararlas y el saber dónde encontrarlas. Esto me disminuye un poco la sensación de encierro, ya que es una actividad agradable e íntima. Sé que cuando al fin los semáforos cambien a verde, voy a estimar mucho más los lugares y las personas que hacían todo esto posible, pues en el futuro, consumir en vivo en las pequeñas cafeterías locales, me transportará no solo a mis propios recuerdos, sino a sentir la nostalgia de los grandes intelectuales del pasado.
Fuente
- Covid-19, la nueva roya del café en México
- Nestlé anuncia la primera inversión millonaria en el Gobierno de AMLO
- Cierran 13,500 restaurantes en CDMX; "tenemos el agua hasta el cuello", alertan
- Así es como Starbucks transformará sus cafeterías para el mundo poscoronavirus
- Starbucks, Punta del Cielo y Nescafé prevén que la caída en consumo de café prevalezca en 2020
- Ready-to-drink (rtd) Coffee Market - Growth, Trends, Covid-19 Impact, And Forecasts (2021 - 2026)
- How coffee education can help roasters adapt to the impact of Covid-19
- American Idle
- Smell training