El Diseño en la Experiencia del Café
¿Qué nos motiva para acudir a una cafetería? ¿Los sabores que describen el menú, la calidad del café, la rutina, el espacio para nuestras actividades, o las sensaciones del lugar? Las cafeterías son un espacio de esparcimiento con el cual podemos identificarnos, no es sólo un sitio de consumo. Los primeros antecedentes de las cafeterías como establecimientos de venta tienen su origen en Medio Oriente. Los primeros registros, por ejemplo, datan del siglo XV. En México, la primera cafetería de la que se tiene testimonio, fue abierta a finales del siglo XVIII. Estaba ubicada en la calle Tacuba, en el Centro Histórico de la Ciudad de México, la cual se convirtió en un punto de reunión para la aristocracia.
Las cafeterías comenzaron a expandirse por todo el país. Destacaron las que se ubicaron en el la Ciudad de México. Algunas siguen brindando servicio, por ejemplo: el Café de Tacuba, Café Colón, Café la Habana. La decoración generalmente tenía una inspiración europea, gracias a la influencia francesa del contexto político de la época. En sus inicios, las cafeterías eran centros de reunión de académicos, filósofos, artistas y periodistas. En ellas circulaba todo tipo de información, mucha de carácter político y artístico. Por ejemplo, en el Café La Habana, ubicado en la esquina de las calles de Bucareli y Morelos, el “Che” Guevara y Fidel Castro realizaron planes para la revolución cubana.
Para la década de 1990 las cafeterías eran frecuentadas por personas de todo tipo. Esto se debió, en parte, a la influencia de la mercadotecnia. Las cafeterías pertenecientes a cadenas comerciales como Sanborns y Vips se popularizaron más por el consumo de alimentos que por el café. A partir del año 2000, las cafeterías dejaron de ser espacios de socialización, ya que los cambios en el ritmo de vida no permitieron una permanencia prolongada. Entonces, apareció el servicio de barra, es decir, servicio rápido, impersonal, de menor calidad y ambulatorio. Sin embargo, esto permitió que se replantearan las formas de ocupación de los espacios en las cafeterías y comenzaran a considerar las expectativas de los consumidores y su contexto social. El inicio de siglo también trajo consigo diversos cambios tecnológicos: teléfonos inteligentes, internet, redes sociales, empleos de Home Office (trabajo a distancia), que influyeron en la forma de relacionarse de las personas.
De 1994 a 2008 se establecieron franquicias de café que se expandieron rápidamente por todo el mundo. Estos establecimientos realizaron estudios de mercado que les ayudó a entender que los consumidores esperaban encontrar algo más que una bebida. Les interesaba un espacio agradable, cómodo y seguro, con acceso a internet y facilidad para realizar actividades laborales. El diseño se convirtió en un aspecto relevante para las cafeterías, un recurso imprescindible para atraer al consumo del café a sectores que antes no lo hacían, como los jóvenes (personas de entre 15 y 25 años), demostrando que el precio del café podía ser accesible y que las cafeterías eran lugares atractivos no solamente para adultos.
El diseño y la arquitectura de las cafeterías cambiaron el significado de tomar una taza de café e influyeron en la forma de relacionarse en estos establecimientos, pero antes de continuar quiero decir a que me refiero con diseño en una cafetería. Éste involucra el mobiliario, los colores, la ambientación de los espacios, los cuadros, las fotografías, el arte. El diseño es un diálogo con el consumidor, desarrolla un concepto y demuestra los valores e identidad de la marca. Desde el color de los muros hasta los utensilios del lugar se establece el sentido, por ejemplo, una taza de peltre y una taza de cristal cambian las asociaciones, mientras que la primera puede remitir a la casa de la abuela, la segunda puede referir a un espacio moderno.
A partir de estas características de diseño en las cafeterías, se pueden determinar algunas categorías, como por ejemplo las cafeterías rústicas son aquellas que integran materiales naturales y diseños vinculados con la cultura de la localidad. Las cafeterías modernas se distinguen por incluir alto nivel de colorido, espacios diversos y mobiliario minimalista. Las cafeterías vintage decoran e integran elementos de décadas pasadas, principalmente de los veinte, cincuenta y ochenta. Las cafeterías de concepto involucran un tema específico para su decoración e incluso su menú es temático. Y las cafeterías comunes son todas aquellas que no se pueden clasificar en las categorías anteriores porque no tienen una intención específica en su decoración y diseño. Ofrecer sólo el grano o la bebida ya no es suficiente, el consumidor demanda espacios agradables con los que pueda sentirse identificado. El diseño en una cafetería tiene una fuerte influencia en el comensal, e incluso, en su decisión para acudir a un establecimiento en específico.
Pese al estímulo, se busca que las experiencias generen emociones de bienestar y placer para establecer una conexión memorable. De esta manera la marca es significativa emocionalmente y permite que el consumidor se identifique con los valores del lugar, porque coincide con ellos o porque son aspiracionales. Actualmente, además de los elementos de diseño, se incluyen servicios como actividades artísticas, principalmente música, stand up comedy (comedia en vivo), teatro, actividades literarias y participación directa como catas y talleres que involucran experiencias de sensaciones y pensamiento.
Además se realizan estrategias que involucran la inclusión en diferentes ámbitos, apelando a la experiencia de los sentimientos. Ofrecen servicio a niños, acondicionando los espacios, las actividades y menús. Participan en movimientos como Café Pendiente, en el que un consumidor paga un café o alimento extra, el cual se regala a una persona en situación de calle o sin la posibilidad económica para adquirir el producto. También iniciativas Pet-friendly (amigables con las mascotas). Algunas, de hecho, han incorporado en sus menús alimentos para perros.
Diversas cafeterías locales, se están ocupando de destacar la importancia del grano del café, fortaleciendo lo que actualmente se denomina 3rd Wave (tercera ola - del café). Movimiento en busca de la más alta calidad de café, elevándolo a un nivel artesanal en cada uno de sus procesos con precios accesibles. Además, fomentan el comercio justo que involucra mejoras a la industria. Asimismo, se desarrollan relaciones entre los productores, los importadores y los tostadores; interesados en que el consumidor conozca todo este proceso y aprecie la calidad del café.
Vale la pena reflexionar a qué acudimos a una cafetería. En lo personal, me agrada que involucren diseño y actividades para provocar experiencias en los usuarios. Siempre y cuando exista un equilibro entre diseño, precio y calidad en el menú. Como consumidores debemos ser críticos y capaces de distinguir si elegimos cierto lugar porque nos identificamos o sólo estamos siguiendo tendencias diseñadas de consumo para obtener estatus y popularidad. Es agradable asimilar las experiencias de estímulos externos o intencionados. Sin embargo, tomar una buena taza de café en compañía, es en sí, una experiencia que contiene una gran cantidad de sensaciones memorables.